Primer aniversario

Hace un año nos pusimos en marcha con el objetivo de ocupar el espacio vacío de las publicaciones dedicadas al análisis y ensayo cinematográfico, asumiendo plenamente su condición minoritaria.  Aunque se le niegue un ISSN, un blog es una publicación y sobre él seguiremos trabajando, durante el tiempo que haga falta, para encontrar los colaboradores que quieran acompañarnos en un viaje en el que trataremos de alcanzar un horizonte donde hallaremos la consolidación como revista de distribución electrónica. A todos los que dedicáis un poco de vuestro tiempo a leer con atención nuestros textos, además de valorar y encontrar interesantes nuestras ideas, os damos las gracias por ello.

Después de esbozar con las dos últimas entradas el sustrato teórico de la película que consideramos más decisiva de la última década, en posteriores entregas iremos explicando porqué de forma practica, rastreando su legado en algunos de los trabajos más representativos del mondo cinema. Curiosamente, la entrada con que arrancamos nuestra andadura estaba dedicada a La cuestión humana de Nicholas Klotz. Rodada en el año 6 después de Elogio del amor, además de portar sobre sus imágenes toda la herencia Godariana, ponía en práctica, con una ficción pura, toda la carga teórica de lo que representa ese amor y su elogio.

En ella seguíamos a Simon, un directivo de recursos humanos de la empresa SC Farb, en su viaje a los infiernos con unas imágenes puestas en forma de manera impecable. Fotografía, puesta en escena y excelentes actuaciones consiguieron, sin ningún tipo de esfuerzo, que la película fuera etiquetada como “muy francesa”. Pero esas imágenes, pese a estar engarzadas perfectamente por una historia, eran sospechosas. ¿A quién no le recordó el humo de las chimeneas de SC Farb al humo de las chimeneas de los crematorios de los campos de exterminio que nunca vimos?

Al final de su metraje, esas imágenes eran lanzadas al abismo que suponía la absoluta oscuridad de su imagen terminal. Sobre ella, la voz de Simon recitaba una serie de nombres que entrecortaba con palabra Stüke. ¿Recuerdas los nombres? Estábamos pues situados, justamente, en el intervalo de la imagen, allí donde la imaginación completa a la imagen para darla un sentido. La variación Klotz demuestra que las imágenes, aunque el cine haya tratado y trate de negarlo, poseen un espacio abierto en el sobrevive algo que activa la imaginación para darlas siempre un sentido predeterminado.

En estos momentos estamos viviendo Haití. Una catástrofe, miles de muertos y millones de imágenes. Cuando empezaron a circular las primeras imágenes de cadáveres amontonados unos sobre otros, fue inevitable que esas imágenes se compararan con las producidas después de Auschwitz. ¿Que mecanismo se pone en marcha, cuando las imágenes tocan lo real, para que un desastre natural sea visto desde el prisma del universo concentracionario que es la Shoah,  por diferentes generaciones, que en el mejor de los casos han recibido lo inasumible del acontecimiento a través de los libros de historia y alguna que otra película sobre el tema? ¿Como es posible que cada nueva generación que mira por primera vez los cadáveres apilados de cualquier tragedia recuerde siempre de la misma manera? ¿…los nombres? Stüke.

Continuaremos dando respuesta a estas cuestiones, pero ahora es el momento de celebrar nuestro aniversario.

Lori Meyers. Alta fidelidad.

La habitación roja. Posidonia.

Joy Division. Love will tears us apart.

V/RAM.

El globo rojo (otra vez)

Los caminos del señor son misteriosos (Blues Brothers)

Cuando creíamos en paradero desconocido al globo rojo que era objeto de atención en El vuelo del globo de rojo (Hou Hsiao-Hsien, 2007), aparece de improviso en el partido de la Liga Inglesa de fútbol disputado entre el  Sunderland y el Liverpool el pasado 17 de octubre, para crear unas de las mayores polémicas entorno a la decisión arbitral de conceder como valido el gol marcado por Bent (jugador del Sunderland), tras chocar el balón que acababa de disparar con el globo rojo que había sido lanzado por un niño al terreno de juego, y provocar con ello un despiste decisivo en las intenciones de Pepe Reina (portero del Liverpool) de atajar el balón.

Permíteme, en primer lugar, construir una situación con tres puntos significativos en la vida e historia del globo rojo, para asentar las bases de mi teoría y esbozar una sonrisa en tu cara.

Punto 1. El globo rojo (Albert Lamorisse, 1959). Lo que permite ver un globo, relacionarse con él como si fuera una persona y además que no resulte extraño, es la inocencia que confiere la infancia. ¿Pero que ocurre cuando ese periodo vital es invadido por sentimientos adultos? Pues que los niños, además de perder su globo, deben acabar con los de los demás. Esa es la razón por la que Pascal se ve privado de su mejor amigo al ser pinchado por unos niños del barrio que hace tiempo dejaron de serlo. Mientras se desinfla de forma agónica, los demás globos de la ciudad de Paris abandonaran a sus jóvenes amigos para socorrerle en su agonía, e irse todos juntos hacia un paradero desconocido.

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Punto 2. El vuelo del globo rojo (Hou Hsiao-Hsien, 2007). Unos años después Hou Hsiao-Hsien acudía a Paris con la intención de hacer ver de nuevo a ese globo rojo a Simon, un niño de nuestra época sobresaturado de estímulos asombrosos. El milagro se producía gracias al rodaje amateur que desarrollaba Song, niñera y estudiante de cine, de un remake de la película de Lamorisse. A partir de las huellas que había dejado tiempo atrás y el empleo de la técnica digital se conseguía resucitar al globo rojo del olvido.

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Punto 3. 17 de octubre de 2009. Sunderland-Liverpool. El globo rojo vuelve a aparecer con las consecuencias expuestas en la introducción. Un niño decide lanzarle al campo en un momento del partido y las preguntas se disparan tras la finalización del partido. ¿Cabe la inocencia en su acto? ¿Podemos atribuirle un valor simbólico tanto al globo como a la acción?

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Con el gesto de arrebatar el globo a Pascal, Albert Lamorisse, señalaba como estaba derrumbándose la inocencia de un mundo que había creído en ella gracias a un cine que estaba desapareciendo. Hou Hsiao-Hsien (HHH) la resucitaba filmando en 35 mm su resurrección gracias a las nuevas técnicas digitales. El niño que lanzó el balón al terreno de juego ni es un personaje de ficción, ni necesita de nada ni nadie que le haga recordar lo que no conoce. Su inocencia no esta condicionada por el valor simbólico que atribuiría al globo de conocer las dos películas anteriores. Por eso mismo con su gesto consigue recuperar el valor simbólico exacto del globo sin mediación de técnica alguna. ¿Hay alguien que piense que su gesto no nace de la inocencia? En caso contrario, el símbolo cobraría un nuevo significado. Pero creo que no es el caso.

Si has leído hasta aquí, seguramente tu risa ya se habrá desatado. Intenta ponerte serio, ya que voy a explicar porque el gesto del niño encierra un valor añadido bastante interesante.

En este momento cabe recordar Liverpool (Lisandro Alonso, 2008). En ella, Farrel daba un llavero a su supuesta hija en el que podíamos leer la palabra que da título a la película. Dicho llavero, introducido en el contexto donde residía su hija se convertía en un objeto mágico. En un vínculo que contenía cualquier tipo de posibilidad. De igual manera, el globo rojo sacado del cine e introducido en un partido de fútbol, se convierte a los ojos de un cinéfilo en lo mismo que el llavero de Farrel para su hija.

¿Que podemos aprender de todo esto? Pues que para hacer salir de la aporía en que se encuentra el cine, quizás, los cineastas deberían dejar a un lado la resurección de fantasmas (como HHH), para tratar de introducir símbolos, formulas o narraciones en nuevos contextos (como Lisandro Alonso), para que, a través de la significación indirecta, consigan recobrar lo perdido, o simplemente adquirir un nuevo valor simbólico.

Para finalizar, plantearé una ultima cuestión a la que deberemos estar atentos por si se produce un transito, en sentido contrario al realizado por el globo, desde el contexto futbolístico al cinematográfico.  Dado que el globo, además de aparecer en un partido  del Liverpool, tenía grabado su escudo. Así que deberíamos pensar en si el globo rojo, en su resignificación en otro contexto, va a ser capaz de desligar la palabra Liverpool del equipo de fútbol y acoplarla sobre su doble en el contexto cinematográfico, para aquellas personas que han visto la película de Lisandro Alonso y todavía tengan alguna duda sobre lo que es exactamente Liverpool.

Ahora, si quieres, puedes continuar riéndote.

Magdalena Kubisova.

Ventura en Cannes

Nha cretcheu, meu amor

Hace ya tres años que visite Cannes para presentar Juventude em Marcha con Pedro y mis amigos de Fontainhas. En estos años, en los que te sigo echando de menos no había sentido la nostalgia del recuerdo de esos días felices de la presentación de la película. Pero este año, leyendo las andanzas de Pedro con su documental, siento la necesidad de volverte a contar lo que paso allí. Ya sabes que me gustaría ofrecerte cien mil cigarrillos, una docena de vestidos, un automóvil, la casita de lava que siempre soñaste, y un ramo de flores de cuatro cuartos. Esta vez te ofreceré mi recuerdo, en lugar de la narración de tu ausencia. Creo que lo real de esa experiencia ha partido mi imaginario y debo coserlo, para que tu ausencia no deje nunca de serlo.

El primer recuerdo que viene a mi cabeza es el de la noche que llegamos a Cannes. Quedaban dos días para el estreno de Juventude em marcha. Tras acomodarnos en el hotel, la organización nos llevó a cenar y a una fiesta que patrocinaba una marca de coches. La expectación por ver a Pedro era enorme. Las primeras horas en ella no pararon de presentarnos gente. Yo trataba de deambular por allí para escaparme del agobio del roce social, pero Pedro no nos abandonaba. Quería que estuviésemos siempre a su lado, aunque a la gente que nos rodeaba no le importáramos lo más mínimo. El fetiche era Pedro y eso se notaba.

A las 3 de la mañana volvimos al hotel, acompañados por bastantes personas que ejercían la profesión de críticos cinematográficos. Habían bebido bastante y seguían alabando a Pedro sin haber visto la película. Bastante cansado, pero con tu añoranza, te escribí la primera carta deseando que estar juntos haga nuestra vida más bonita por lo menos treinta años.

Al día siguiente nos levantamos tarde. Comimos y no fuimos a ver un par de películas. Al salir nos encontramos con la gente que vimos la noche anterior. Pedro habló nuevamente con ellos, y les estuvo explicando las películas que habíamos visto, ya que no dominaban el idioma de los subtítulos. Después de que hablará Pedro las películas me gustaron más.

Por la noche acudimos a otra fiesta, pero esta vez de otro patrocinador. Pedro nos dejo un poco más sueltos, pensando que las presentaciones en sociedad del día anterior nos harían intégranos en el ambiente. Se equivocó. Nadie se acercó a nosotros, excepto un par de aspirantes a actrices que se interesaron por Lento. A la 1 de la mañana, cuando la fiesta estaba animándose, volvimos al hotel pensando en el estreno del día siguiente. Aunque puede parecer que me aburrí, tengo que decirte todo lo contrario. Aprendí palabras nuevas y bonitas, que te las diré cuanto estemos juntos nosotros dos.

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El día del estreno llegó por fin. La organización vino a recogernos y nos llevó al paseo marítimo a hacernos fotos. Muchas fotos. De allí nos llevaron al cine donde se iba a proyectar la película. No había casi nadie en la sala. En el teatro principal se estrenaba una película más importante, y todo el mundo parecía estar allí. Acabada la proyección nos condujeron a la rueda de prensa. Allí aparecieron los amigos críticos de Pedro indignados por la película que acaban de ver en el gran Teatro. Nos hicieron unas cuantas preguntas, que bien pudieron hacer cualquiera de las noches anteriores. Como trabajábamos con Pedro y como Pedro trabajaba con nosotros, en resumen.

Acabadas las preguntas, nos fuimos a comer con ellos. La comida duró hasta la noche, así que cuando nos levantamos nos fuimos a la fiesta de otro patrocinador. Yo me encontraba muy cansado,  pedí disculpas y me fui al hotel a descansar. La noche debió resultar bastante buena en general, ya que Lento consumó la relación con las dos aspirantes a actrices del día anterior.

El día siguiente, y ya en el avión, leímos las críticas que se hacían a nuestra película y la campaña iniciada por los amigos de Pedro para que votaran for Pedro (Costa) en vez de for Pedro (Almodóvar) para la competición por la Palma de Oro.  ¿Cómo se puede crear toda una corriente de opinión con apenas una columna en un periódico? ¿Cómo se puede escribir el día después de ver una película toda una mitología sobre ella? ¿Cómo es posible que tres años después se siga hablando sobre lo escrito en la novedad del acontecimiento?

Tenía miedo de recordarlo. Pero la nostalgia de lo vivido me ha hecho pensarlo. Ahora ya no solo tengo miedo de construir paredes con un pico y cemento. ¿Seguiré siendo lo imaginario? ¿Perderé tu ausencia? No, porque entonces pienso en como se desliza tu cabello entre mis dedos como hierba seca.

Ventura