El destino de las imágenes de un desalojo

Era inevitable, la eficacia del movimiento ¡Democracia real ya! se gestaba en su capacidad para evitar cualquier significación simbólica y, sobre todo, cualquier dialogo con el pasado. Su éxito emergía del presente puro y de la absoluta desvinculación de cualquier tipo de partido, ideología o movimiento prefigurado. Lo primero parecía conseguido gracias a una amalgama de lemas, peticiones y reivindicaciones conectadas por un espíritu común que conformaba un estado sensible de pensamiento. Lo segundo resultaba más complicado, puesto que no habían tardado en aparecer desde diferentes medios informativos los paralelismos con el mayo del 68 francés.

Hablo en pasado porque hasta ayer, 27 de mayo de 2011, y muy al contrario de lo que se está pensando este momento, el movimiento comenzó a tambalearse con la operación política que animaba subterráneamente la vergonzosa brutalidad con que policía autonómica catalana actuó en la plaza de Cataluña: la libre circulación de imágenes simbólicas capaces de conectar con el tiempo de la represión, del fascismo. Porque el verdadero objetivo pasaba por lograr construir un vínculo permanente con el pasado que iniciara una dialogo secreto con la memoria involuntaria de todo un estado.

No deja de ser curioso que la operación se desplegara a la luz del día y que a la inmensa cantidad de periodistas que estaban allí trabajando se le dejara hacer, precisamente, su trabajo. Mirando los videos con frialdad se puede observar como las cámaras están muy cerca de ambos bandos, en el centro de la batalla (por llamarla así, aunque todos sabemos que fue un abuso policial en toda regla), casi en el mismo lugar que las porra de la policía.

Por otra parte parece que la policía, al contrario de lo que se piensa, actuaba perfectamente coordenada, midiendo sus tiempos: gestionaba su brutalidad dejando espacio al tiempo muerto donde cualquier cámara podía registrar las consecuencias de su agresión. Parece como si lo realmente importante fuera que todo el mundo tuviera la oportunidad de grabar sus imágenes para conformar un imaginario del momento. Un momento vergonzoso, por supuesto, pero un momento que debe ser eternamente recordado más allá de los heridos y de la legitimidad de la propia policía y su operación.

Sin embargo, lo peor llegará si el print the legend sigue funcionado. Aunque sea a modo de contra-información:

Desde luego que videos como esté, montados con una música emotiva y subtitulados con las ideas que ya sabemos todos propician el efecto contrario a sus buenas intenciones. Estas formas adoptadas de un cine que podríamos llamar social, mitifican una realidad que nos ha golpeado precisamente por otros motivos, y que recoge perfectamente este video de una persona que trata de registrar la última carga policial desde un punto de vista que nos recuerda mucho al que utilizaba una película como Cloverfield (Matt Reeves, 2008):

La cámara, más allá del acontecimiento, nos deja ver las dudas, el temblor, el miedo que produce a esa persona entrar en la zona desalojada. Percibimos ese sentimiento compartido en la crudeza de lo que se está escapando a las imágenes, en la verdad de los cuerpos desbordados por un acontecimiento.

Espero equivocarme y que todas las imágenes de este 27 de Mayo no vinculen al movimiento nostálgicamente con su pasado. Porque solamente podrá seguir en marcha si es capaz de refundarse, día a día, en el acontecimiento.

Ventura.

3 comentarios en “El destino de las imágenes de un desalojo

  1. Ventura, jesús… yo estoy dando vueltas a lo mismo estos días, pero parezco un bicho raro. Incluso me han llegado a juzgar por no quere dar mi opinión o no querer publicar en mi muro las opiniones de otros , antes de haber reflexionado por mi misma sobre toda esta movida. Finalmente, me he dejado llevar por la corriente, pero sigo con mis dudas… siempre me pregunto si es que soy demasiado crítica o si es que tengo un sexto sentido que me hace oler a chamusquina, cuando todo el mundo parece oler esencia de rosas…
    Gracias por vuestras opiniones…
    Un abrazo

Deja un comentario